Agricultura Orgánica y Agroecológica en Latinoamérica

Agricultura Orgánica y Agroecológica en Latinoamérica
Autor
juandavid@nieb…

Desenmarañando Conceptos

A pesar que la Agroecología tiene algunos elementos o técnicas comunes con la Agricultura Orgánica, y sobre todo a nivel de la definición teórica de Agricultura Orgánica que se ha ido haciendo cada vez más cercana a la definición de Agroecología, es importante establecer con toda claridad las diferencias concretas entre ambos sistemas, que son muy relevantes y que son evidentes entre distintos puntos de vista.

En primer lugar la agricultura orgánica se ha desarrollado en función de entregar un valor agregado a productos agrícolas, a través de un proceso de certificación, con una clara orientación hacia los mercados de exportación, donde los primeros sectores interesados que se hicieron parte de esta alternativa, fueron productores medianos y grandes de rubros bastante específicos, como por ejemplo la caficultura, la producción frutícola o la vinicultura.

Asociado a la alternativa de producción orgánica, también se desarrolló un sistema muy amplio de producción y distribución de insumos para este tipo de agricultura. Estas condiciones, mantienen en general, la dependencia de insumos externos a los agricultores, y el elevado costo energético de producción y comercialización.

Además de ello, se ha desarrollado un sistema normativo de certificación de cultivos y productos, operado por empresas estatales o privadas, o mixtas, dependiendo del país, y que en general es un proceso engorroso y de un costo muy elevado. 

En el caso de la Agroecología, la visión de desarrollo está mucho más en dirección del fomento, los circuitos cortos de comercialización, la formación y/o consolidación de mercados locales, la relación ojalá lo más directa posible con los consumidores.

 

¿Y cómo es la transformación?

En segundo lugar, en función del proceso de transformación que ambos sistemas estimulan, la Agricultura Orgánica pone especial énfasis en la sustitución de insumos, que sigue una lógica muy cercana a la agricultura convencional, es decir, supera los factores limitantes, pero a través de insumos orgánicos. Una revisión de la normativa que se aplica para que un predio obtenga certificación orgánica, va a indicar nítidamente que lo que se evalúa y finalmente la base donde se apoya la decisión de certificar o no, reside en la demostración de que en el predio evaluado no existe uso de insumos químicos y que han sido sustituidos por insumos permitidos por la norma orgánica. Estos insumos orgánicos o biológicos, pueden ser utilizados independientemente del lugar de origen, sin tener una opción clara por local, que en general la Agroecología promueve y difunde como parte de sus preceptos más importantes.

 

¿Y la certificación participativa?

En el caso de los sistemas de certificación participativa para campesinos desarrollados en cualquier país latinoamericano, ocurre algo similar, y los protocolos de certificación están orientados a evaluar el tipo de insumos usados, y aunque considera algunas consultas acerca del uso de rotaciones, cortinas rompe vientos, u  otras prácticas más integradoras, su ausencia no constituye un factor que impida obtener la certificación. 

 

Dentro de este esquema, es posible por ejemplo, certificar un predio cuya producción esté destinada a un único rubro, con formato de monocultivo, sin prácticas derivadas del conocimiento tradicional y ancestral, y más importante aún, sin que en la estructura general del sistema se hayan producido modificaciones que aseguren la recuperación de una base ecológica para la producción.

 

¿Y qué es la simplificación de los Sistemas Productivos?

Un sistema orgánico, y existen muchos ejemplos de esto, puede funcionar en una estructura muy simplificada del sistema agrícola, y esa simplificación que elimina las funciones ecológicas del agroecosistema, es subsidiado permanentemente con el aporte de insumos orgánicos de muy distinto tipo.

A raíz de que la Agricultura Orgánica no considera dentro de sus normas el rediseño global de un predio, se mantiene principalmente en el ámbito de la sustitución de insumos y por tanto, también mantiene la dependencia parcial o total del mercado de estos insumos.

Al no enfrentar el proceso de rediseño que tienda a la máxima diversificación del sistema, al fomento de las sinergias dentro del sistema, a la integración de nuevos elementos estructurales del sistema, la agricultura orgánica certifica que puede ser segura para el consumidor y para el ambiente, pero no puede asegurar el desarrollo de agroecosistemas diversificados, pertinentes culturalmente y resilientes frente a los cambios ambientales.

La Agroecología en cambio, a través de sus principios y técnicas, desarrolla estrategias para combatir la simplificación de los sistemas, la dependencia de insumos externos, la poca valoración del conocimiento tradicional como base fundamental de los modelos agroecológicos, equilibrados social, productiva, ambiental y económicamente.

 

Entonces, ¿en qué se diferencian la Agroecología de la Agricultura Orgánica?

La Agroecología incluye obligatoriamente criterios de diversificación espacial y temporal, rotaciones en los sistemas productivos, máximo reciclaje, uso de policultivos, interacciones entre subsistemas, y finalmente genera un rediseño estructural, orientado a reconstruir la estructura biológica del agroecosistema, permitiendo un funcionamiento centrado en los mecanismos internos de regulación de la fertilidad del suelo, control de plagas y enfermedades, protección del agua, el aire y los campesinos productores, entre muchos otros elementos. 

Esta diferencia de enfoque pone distinto nivel de dificultad para establecer tiempos y costos involucrados en los procesos. En el caso de la Agricultura Orgánica, es más sencillo, puesto que al estar definida en general por la sustitución de insumos, los sistemas de cálculo no tienen mayor complejidad. En el caso de la Agroecología, se requiere un enfoque multifactorial, que involucra transformaciones más profundas y definitivas del predio y también del contexto organizativo y social, por lo que el tiempo de duración de la transición y los costos involucrados, son de más difícil predicción.   

Un aspecto adicional que establece diferencias importantes, es que en relación a la identidad cultural, al conocimiento tradicional, a las prácticas ancestrales de las comunidades campesinas, indígenas y afrolatinoamericanas. La Agricultura Orgánica no tiene una preocupación especial por esta dimensión social y cultural dentro de su normatividad, que en el caso de la Agroecología es una de las fuentes  principales desde donde se ha nutrido su pensamiento y su práctica.

Esta conexión con la cultura y el conocimiento tradicional, se expresa muy bien en el ámbito de la conservación y uso de las semillas tradicionales, existiendo prácticas habituales dentro del ámbito de la conservación y uso de las semillas tradicionales, existiendo prácticas habituales dentro del ámbito de los productores agroecológicos destinadas al intercambio de semillas y conocimiento asociado, generándose un fuerte impulso a la conservación de estos materiales.

Estas prácticas están relacionadas con dos objetivos relevantes en la Agroecología, como es propiciar la soberanía y seguridad alimentaria, y por otra parte fortalecer y fomentar sistemas resilientes y con gran capacidad adaptativa a los fenómenos relacionados al cambio climático. De tal manera, los sistemas agroecológicos pueden aportar muy fuertemente en este último aspecto que es determinante en el escenario actual de la agricultura latinoamericana y mundial, puesto que en un sistema diversificado, con una estructura compleja donde los componentes herbáceos, arbustivos y arbóreos se incorporan de una manera funcional, con un manejo del suelo con grandes adiciones de materia orgánica, y utilizando preferentemente semillas y cultivos tradicionales, además de razas animales locales, tiene una gran capacidad de respuesta frente a los impactos del cambio climático.

 

Consideraciones finales

Dada la necesidad de hacer más consistentes estos aportes en un contexto global complejo, la Agroecología siempre buscará constituirse como una alternativa con una fuerte expresión territorial, abarcando más organizaciones, más actores y más instituciones combinadas en una estrategia común. 

En general se podría esperar que la gran mayoría de los sistemas agroecológicos cumplan las normas para ser certificados como producción orgánica, en contrapartida, los sistemas orgánicos no necesariamente han generado las transformaciones suficientes para ser considerados agroecológicos. Hay ejemplos en que podría existir esa coincidencia, pero en lo esencial y con respecto a la normativa latinoamericana que determina si un predio obtiene o no certificación orgánica, esta no asegura de ninguna manera que esta última correlación exista.

Una consideración final acerca de la relación entre Agricultura Orgánica y Agroecología, especialmente en el ámbito de la agricultura familiar campesina, es que aquellos productores que estén operando dentro del espacio de la producción orgánica, tienen una fuerte oportunidad de seguir profundizando el cambio en la estructura y funcionalidad ecológica de los agroecosistemas, superando la etapa de sustitución de insumos e integrando en el funcionamiento de sus predios,  todos los principios agroecológicos, de forma que lleguen a un sistema estable, diversificado y productivo, resiliente y fortalecido por la dimensión de la pertinencia cultural de las propuestas desarrolladas.

 

Referencias

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